Geodiversidad costarricense. Costa Rica, ampliamente reconocida por su biodiversidad y paisajes naturales, también alberga un vasto y poco explorado patrimonio geológico y geomorfológico que puede diversificar significativamente su oferta turística. En un país donde el turismo representa un motor económico crucial, iniciativas como el inventario de geositios en Coto Brus destacan el inmenso potencial del geoturismo para fomentar encadenamientos productivos y promover un desarrollo verdaderamente sostenible.
El geoturismo, como modalidad emergente, se centra en la interpretación de recursos geológicos y geomorfológicos, conectando a los visitantes con la historia natural de los paisajes. Este enfoque no solo atrae a turistas interesados en experiencias educativas y culturales, sino que también involucra a las comunidades locales en la gestión y promoción de estos recursos, generando empleo, fortaleciendo economías locales y fomentando la conservación del entorno natural. Un ejemplo emblemático de esta visión es el proyecto *One Village, One Product* (OVOP) en Coto Brus, cuyo objetivo es transformar este cantón en un destino geoturístico destacado basado en su singular geodiversidad.
Un estudio pionero. Un reciente artículo científico, publicado en la prestigiosa revista Geomorphology por Michael Quesada Valverde y Adolfo Quesada Román, ambos oriundos de Coto Brus y expertos en Geografía de la Universidad de Costa Rica, subraya el potencial geoturístico de esta región sureste del país. El estudio identificó 42 geositios con alto valor geológico, educativo y turístico, incluyendo maravillas naturales como las cataratas El Salto del Ángel y Santa Fe, el Cerro Pelón y las aguas termales de Aguas Calientes. Estas joyas del paisaje combinan atractivo visual con valor científico y educativo, ofreciendo experiencias únicas a los visitantes y oportunidades significativas de desarrollo para las comunidades locales.
Además, el inventario destaca la riqueza geomorfológica de Coto Brus, caracterizada por procesos volcánicos, fluviales y tectónicos que han moldeado una diversidad paisajística impresionante. Estos recursos no solo poseen el potencial de atraer turistas, sino también de promover investigaciones científicas y actividades educativas, consolidando el vínculo entre la conservación ambiental y el desarrollo económico.
Beneficios locales y desafíos. El desarrollo del geoturismo tiene el potencial de impulsar significativamente las economías locales mediante la creación de empleo en sectores como el guiado turístico, el transporte, la gastronomía y la artesanía, al tiempo que fortalece la identidad cultural de las comunidades. Sin embargo, este enfoque enfrenta desafíos importantes, como la falta de infraestructura adecuada, accesos limitados a ciertos geositios y la necesidad de estrategias de manejo sostenible.
Es fundamental invertir en infraestructura básica como senderos, señalización interpretativa, y medidas de seguridad para los visitantes. Adicionalmente, una estrategia de mercadeo que resalte los valores únicos culturales, étnicos, y gastronómicos de estos destinos puede ampliar su alcance. En términos de accesibilidad, la reactivación del aeródromo de San Vito o la conectividad a través del cercano Aeropuerto Internacional Enrique Malek en Panamá son opciones viables para facilitar el acceso a esta región, que actualmente requiere hasta siete horas de viaje desde San José.
Nuevas oportunidades para el turismo costarricense. El geoturismo representa una oportunidad estratégica para diversificar la oferta turística costarricense, consolidando su liderazgo en sostenibilidad y fortaleciendo el desarrollo local. Iniciativas como las de Coto Brus demuestran cómo el patrimonio geológico y geomorfológico puede convertirse en un motor de progreso económico y conservación ambiental. Este modelo no solo enriquece la experiencia del turista, sino que también asegura beneficios duraderos para las comunidades locales y refuerza su conexión con el entorno natural.
Al apostar por el geoturismo, Costa Rica se posiciona como un ejemplo de cómo el turismo puede integrarse armoniosamente con la conservación y el desarrollo sostenible. Proyectos como este reafirman que los paisajes no son solo recursos, sino también narrativas vivas que conectan a las personas con su historia y promueven un futuro más equilibrado para todos.
Cotobruseño, geógrafo, profesor universitario, investigador y consultor
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